A veces se me olvida que tengo una página donde escribo y que es una puerta abierta al mundo respecto de mis emociones y pensamientos. Que simplemente como todos, trato de vivir día a día, aspirando a ser feliz, y luego surge la pregunta en la mente ¿qué es la felicidad?, y buscas aquí y allá, conceptos filosóficos, teóricos, científicos. Trato de encontrar la respuesta a esa pregunta en papers de universidades, donde observaron grupos de control, ver estadísticas, algo que le dé una lógica y que suene razonable para poder basar mi concepto personal de la felicidad, en algún argumento sustentado o mejor aún compartido y aceptado por un grupo social.
La verdad, es que la respuesta nunca llega, y cuando llega ya cambió. Porque yo he cambiado, mis gustos han cambiado, mis objetivos, mis deseos. Los amigos que vienen y van, la familia que está y de repente se va. Los trabajos que existen y de un momento a otro desaparecen. Es complicado, comprender como hay que ser feliz en el presente, pero también como la expectativa del futuro es una parte que integra esa felicidad de lo que hoy es pasado. Cuando pienso que el mundo es complejo, porque nuestra misma naturaleza interna es compleja, me quedo pensando que debo de hacer a un lado la arrogancia de ponerme al centro del universo. En esos momentos, solo me queda estar en silencio y escuchar las aves.
Esta reflexión viene de un documental, donde personas alrededor del mundo aportaron sus opiniones, sobre temas como la felicidad, el amor, el dinero, la pobreza, la educación. La lucha es la misma, sin importar la bandera. Al parecer uno de los peores inventos que hemos creado ha sido el dinero, porque nos permitió crear clases sociales, segmentando nuestra especie, creando barreras y diferencias inexistentes. Necesitamos de ese invento para estar mejor organizados, sin embargo todavía parece que nos queda un largo camino para poder encontrar una solución que nos beneficie a todos.
